El Dúo, la entente formada por la japonesa Reiri Taniguchi-Letourmy y la tomellosera Ana Pozuelo, ofrecieron este viernes un magnífico concierto de piano a cuatro manos organizado por la Asociación Pro-Música Guillermo González. Las intérpretes, que fueron muy aplaudidas por el público, ofrecieron un programa con obras de compositores franceses del primer tercio del siglo XX.
Durante la presentación del concierto, Miguel Huertas, tuvo un recuerdo para El Periódico del Común de la Mancha, recordando y agradeciendo la labor llevada a cabo durante 26 años por el medio que dejo de editarse el pasado septiembre. Aseguró que, con ese hecho, la cultura de Tomelloso había dado un paso atrás.
El concierto estuvo dedicado a tres músicos franceses, coetáneos pero diferentes. Por un lado Poulenc y Milhaud, pertenecientes al grupo de Los Seis, y Ravel, impresionista. El recital se inició con la deliciosa Sonata para cuatro manos de Francis Poulenc, bien ejecutada por las dos pianistas. A continuación, El Dúo interpreto la Rapsodia Española de Maurice Ravel en versión para piano de cuatro manos. Una pieza vibrante que, como todo el concierto, mostró la sensibilidad virtuosismo y compenetración de las dos pianistas. El cuarto movimiento, Feria, puso el final apoteósico de la primera parte que levanto los aplausos y bravos del público.
Otra obra de Ravel, Le Tombeau de Couperin, fue el comienzo de la segunda mitad del concierto. El Dúo ofreció cuatro de los seis movimientos de esta suite con la que el compositor homenajea a Couperin y a la música barroca francesa, en general. La intérpretes continuaron con Le Boeuf sur le toît (el buey en el tejado) de Darius Milhaud. Una pieza intensa, desenfada, jazzística con aires brasileños brillantemente resuelta por Pozuelo y Taniguchi-Letourmy.
Una gran ovación del respetable hizo que las pianistas salieran de nuevo a la palestra para interpretar, como propina, una de las Danzas Eslavas de Dvorack. Disfrutamos de una gran noche de música en este puente de los Santos. Las intérpretes demostraron que uno más uno (una más una) son siempre más de dos. Nunca está de más reiterar la suerte que tenemos en Tomelloso de tener un grupo de valientes, la Asociación Pro-Música Guillermo González, que luchan a capa y espada por ofrecer buena música a sus vecinos.